Opinión

Estrategias de trading: comparación del análisis fundamental y técnico

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En la década de 1930, el economista John Maynard Keynes dijo: "los mercados pueden permanecer irracionales más tiempo del que uno puede permanecer solvente". En otras palabras, es casi imposible predecir los mercados, y los que lo intentan pueden encontrarse con el agua al cuello.

He visto miles de veces que esta máxima es cierta, pero aún no estoy seguro de estar totalmente de acuerdo con ella. La aplicación de los dos enfoques principales para invertir en los mercados financieros: el análisis fundamental y el técnico, puede reportar enormes beneficios.

El análisis fundamental consiste en evaluar el valor intrínseco de un activo basándose en diversos factores, como los estados financieros, los indicadores económicos, las tendencias del sector y la información específica de la empresa. Si un inversor cree que un activo está infravalorado basándose en su análisis, puede decidir invertir.

El análisis fundamental suele utilizarse en estrategias de inversión a largo plazo, ya que tiene en cuenta factores que pueden influir en el valor de un activo durante un periodo prolongado. Esto resulta especialmente útil en el caso de las acciones, donde puede ayudar a identificar empresas infravaloradas o industrias preparadas para el crecimiento, o de las divisas, donde puede ser una forma útil de determinar el valor de una moneda.

El análisis técnico, por su parte, se centra en analizar los datos históricos de precios y volúmenes para identificar pautas y tendencias. Parte de la base de que toda la información conocida se refleja ya en el precio del mercado, y la clave está en interpretar cómo se va a sentir la gente y cómo va a reaccionar ante esa información.

Los operadores que utilizan este enfoque pretenden beneficiarse de las fluctuaciones de precios a corto plazo y aprovechar las tendencias que surgen de la psicología del mercado. Por eso los críticos lo llaman la "astrología de la inversión". Pero aunque puede ser una ciencia inexacta, también puede ser extremadamente valiosa. Cuando la libra cayó a su nivel más bajo en 31 años tras la votación del Brexit, fueron los analistas técnicos, que leyeron las señales del mercado y predijeron un sentimiento de incertidumbre entre los inversores, los que se impusieron.

Ninguno de los dos métodos es infalible. Por eso, muchos inversores prefieren adoptar un enfoque híbrido, combinando elementos de ambos métodos para tener más convicción en sus decisiones de inversión. Por ejemplo, un inversor puede utilizar el análisis fundamental para formarse una opinión sobre las perspectivas a largo plazo de una empresa y, a continuación, utilizar el análisis técnico para identificar los puntos de entrada o salida oportunos basándose en las tendencias de los precios o los indicadores.

Pero los partidarios de un enfoque híbrido pueden ser víctimas del sesgo de confirmación si dejan que sus creencias fundamentales empañen su interpretación de las señales técnicas, o viceversa. Una forma de mitigar este prejuicio es ocultar el nombre del instrumento analizado durante el análisis técnico para garantizar una evaluación objetiva del gráfico. Esto ayuda a los operadores a tomar decisiones más informadas basadas en las señales del mercado y no en ideas preconcebidas.

La elección entre estos dos enfoques a menudo se reduce a preferencias personales: los operadores e inversores se sienten atraídos por el método que mejor se adapta a su estilo de inversión y personalidad, mientras que otros encuentran valor en un enfoque híbrido.

Es imposible predecir los mercados con absoluta certeza. El arte de invertir reside en encontrar un equilibrio entre la realización de análisis racionales y el reconocimiento de la irracionalidad del comportamiento del mercado. Si encuentran el enfoque que les funciona, los inversores pueden obtener información valiosa sobre los factores subyacentes que determinan los precios de los activos y las tendencias del mercado.

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