
La presión de los accionistas del Ibex sobre las remuneraciones de las cúpulas de las empresas, ejercida a través de sus votaciones en las juntas generales, se ha relajado levemente este año.
Los votos a favor casi se mantuvieron inalterables (86,65% frente a 86,56% en 2022), pero el porcentaje de propietarios contrarios a los sueldos de los directivos disminuyó más de un punto. Una caída que es fruto de la responsabilidad de las grandes empresas al seguir la directriz de los expertos en gobierno corporativo en la que se insta a que las remuneraciones no suban más que los dividendos.
Precisamente eso fue lo que ocurrió en 2022, con un alza del 4,9% en los sueldos de los consejeros delegados frente al 12,8% que se elevaron los pagos a los accionistas.