
El enorme impulso que experimenta la inversión en renovables amenaza con devorarse a sí mismo. Ésa es la conclusión que debe extraerse del informe de S&P que vaticina el derrumbe de los precios energéticos desde 2026. La causa de ese abaratamiento tan agresivo estriba en que la capacidad derivada de la energía verde superará los 440 gigawatios de modo inminente, cifra inédita en la historia. La demanda, por el contrario, crece mucho más lentamente. Tan amplio desfase provocará una caída de precios que constituye una muy mala noticia, ya que las eléctricas perderán toda capacidad de hacer inversiones. Se trata de una situación que debe corregirse y que pone en evidencia el modo tan desordenado en el que la transición energética se plantea actualmente.