Opinión

Una negativa legislatura para el PIB

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Foto: EFE

Moncloa se afana en lanzar un mensaje triunfalista acerca de la evolución de la economía española en la última legislatura. Para ello, el Gobierno acogió con entusiasmo el dato revisado de PIB del primer trimestre que refleja un fuerte avance (del 0,6%) y que supone el regreso al nivel pre-Covid. Fue ya posible poner varios peros a esa euforia, como el hecho de que la recuperación de España desde la recesión de 2020 fue la más tardía de los grandes del euro. Tampoco debe olvidarse el importante rol que correspondió en el inicio de este año a factores externos, como las ayudas europeas. Además, un balance equilibrado de la legislatura tiene que considerar todos los años transcurridos desde 2019. Es más, dado que la recapitulación agrupa ejercicios muy dispares, sobre todo en cuanto a evolución de los precios por culpa del Covid y la guerra en Ucrania, resulta especialmente útil el cálculo del crecimiento real (descontada la inflación) al que recurre Freemarket con datos de Eurostat. Desde este punto de vista, tampoco hay espacio para la complacencia dado que el avance de España entre 2019 y 2022 queda en un magro 0,4%, el más reducido de toda la UE de 27 países. Un comportamiento tan pobre solo puede tener un fuerte impacto en la riqueza de los ciudadanos, como delata el descenso del PIB per cápita del 2,6%, únicamente superada en Europa por Islandia. Las cifras dejan en evidencia un negativo legado de Pedro Sánchez desde el punto de vista económico que todavía está lejos de corregirse. Así lo denotan en 2023 la debilidad de la demanda interna (sobre todo en lo que concierne al consumo de las familias), y el mal comportamiento, en cuanto al mercado laboral, de la productividad y las horas trabajadas.

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