Alemania entró en recesión en marzo y se situó a la cola del desempeño económico de la eurozona. Aunque el gran problema es que las perspectivas de que el país se recupere en el resto del ejercicio son más bien escasas. Así lo estima al menos el instituto germano Ifo, que pronostica una contracción de la economía del 0,4% para el conjunto del año.
Un vaticinio que evidencia los graves errores del Gobierno en materia energética que, entre otras cosas, provocan que la inflación se mantenga más alta que en otros países de la Unión. De hecho, el alza del IPC alemán de mayo fue del 6,1% frente al 3,2% de España. Los altos precios frenarán el consumo y pasarán factura a la industria abocando al país a una recesión más profunda que lastrará también a la UE, al ser Alemania la mayor potencia económica de la región.
