Ante un entorno menos optimista, que nos acompaña desde comienzos de 2022, es normal preguntarse hacia donde nos dirigimos, y si aún es interesante la inversión de Venture Capital en Europa. Para eso es importante entender de dónde venimos y un buen indicador como punto de partida es el comportamiento de los mercados públicos.
A pesar del incesante flujo de noticias inquietantes de los últimos meses, incluyendo la caída de SVB, miedos de contagio del sector financiero, continuada preocupación sobre la inflación o los tipos de interés, miedos recesionarios o el incremento del techo de deuda del gobierno americano, el índice tecnológico por referencia, NASDAQ, lleva más de un 18% de subida en lo que llevamos de año. Esto es en parte reflejo de los resultados conseguidos por un gran número de compañías del sector tecnológico que han reportado por encima del consenso, mostrando tasas de crecimiento y de rentabilidad sanos.
Durante los primeros meses del año en la industria del Venture Capital europeo hemos vivido una imagen algo distinta, con correcciones en valoraciones y reducción de tamaños de rondas que se resume en un entorno más difícil para la financiación de startups tecnológicas, consistente con lo que ha pasado en el resto del mundo. Durante el primer trimestre del año las startups europeas han levantado un 18% menos de capital que el trimestre pasado y un 66% menos que hace un año.
Parte de esto se debe a un retroceso en los niveles de capital invertido en Europa por parte de fondos de EEUU En 2021, el 55% de toda la inversión de Venture Capital en Europa vino de inversores de EEUU. Estos niveles se han visto reducidos significativamente. Por ejemplo en Francia la inversión por parte de fondos americanos ha caído del 40% en 2022 a menos del 5% en el primer trimestre del año.
Esta sequía en el capital invertido es también debido a la reducción drástica de capital desplegado por parte de inversores no tradicionales de Venture Capital, como hedge funds, corporaciones o fondos soberanos, que a su vez invertían más en late stage, y que ha caído un 65,3% durante el primer trimestre.
A pesar de ello el volumen de actividad de M&A o compra de compañías para dar liquidez a los fondos de Venture Capital se ha mantenido estable y de hecho se han mejorados los múltiplos de venta o salida en estas transacciones, incrementándose las valoraciones en un 48,5% en el trimestre.
Como tendencia general las valoraciones se están estabilizando, y el ecosistema tecnológico europeo sigue contando con una base sólida. A pesar del volumen y ritmo de despliegue de capital vivido durante los últimos años, la industria de Venture Capital en Europa está todavía en fases tempranas comparado con el de EEUU, y muestra un futuro prometedor.
La creación de 150 unicornios en 28 países de Europa durante los últimos años, ha dado lugar a una nueva ola de emprendedores que traen una potente red de contactos, capital, y conocimientos de cómo empezar y hacer crecer una compañía que pueda llegar a convertirse en líder de mercado. Los 15 unicornios más relevantes de Europa han producido una red de alumnos de más de 2.000 profesionales, y esto es solo el comienzo. Estos profesionales se convierten en muchos casos en inversores, y retro alimentan el ecosistema para la creación de nuevas compañías tecnológicas.
También el talento tecnológico es de vital importancia. Europa tiene 10 de las 50 mejores universidades del mundo, y 4 de las 10 mejores, con grados de ingeniería informática, además de contar con más desarrolladores de software que EEUU Sumado al apoyo gubernamental de muchos países europeos, pensamos que estas correcciones solo son un pequeño bache ante una continuada evolución dorada que está viviendo Europa.
Por último, seguimos viviendo la mayor revolución digital de las últimas décadas. De acuerdo con IDC el gasto en transformación digital llegará a los $2,8 billones en 2025, que representa el doble del gasto de 2020. Esto combinado con los avances en sectores como inteligencia artificial, fintech o ciberseguridad, nos hace entender la escala y envergadura de lo que está por venir. De hecho, sectores tales como la tecnología climática tendrán una dimensión prácticamente ilimitada, ya que tiene el potencial de impactar a toda la humanidad de una manera u otra, a través de innovaciones para reducir nuestras emisiones de carbono y capturar carbono del aire.
Esta es la gran promesa del Venture Capital europeo. Las correcciones actuales también marcan una ventana de entrada más atractiva para aquellos inversores pacientes con un horizonte temporal a largo plazo y con ganas de participar en la revolución digital y tecnológica que está por venir.