
Las elecciones de este fin de semana desprenden aroma de primarias. Esa es la creencia más extendida en el mundo empresarial, muy enojado por los frecuentes ataques de Sánchez. La posible pérdida de algunas autonomías importantes como la Comunidad Valenciana o Baleares ha abierto una expectativa de cambio con la mirada puesta en las generales de finales de año.
Un estudio de la consultora Freemarket, sobre la base de las últimas encuestas realizadas por parte de instituciones y medios de comunicación de diferente signo político, concluye que los populares ganarían estos comicios con una diferencia de 1,15 millones de votos.
Es difícil extrapolar los resultados a los comicios generales, porque en la cita electoral del domingo influye la gestión de los gobernantes autonómicos y, sobre todo, locales. El votante se inclinará por uno o por otro en función de su gestión más que por motivos ideológicos. Se estima que si la brecha supera los 700.000 votos, el resultado es prácticamente irreversible en los siguientes comicios.
La impresión que cunde en las propias filas socialistas es de desánimo. Pedro Sánchez se equivocó al plantear unas elecciones autonómicas y municipales como si fueran un plebiscito sobre su gestión ó su persona. "El ciudadano está preocupado por los problemas cercanos de su barrio o de su autonomía y votará en función de estos intereses y no de los grandes problemas nacionales", reconocen fuentes socialistas.
Los anuncios electoralistas de cada fin de semana para salir en los telediarios están teniendo un efecto contraproducente. Los españoles no entienden cómo problemas tan complejos como los de la vivienda o la sanidad se pretenden solucionar en un fin de semana, después de haber permanecido de brazos cruzados durante los cinco años en el poder. Se sienten engañados.
"Propuestas como subvencionar los viajes en Interrail para combatir la precariedad laboral o los de dar dos euros para el cine de los jubilados" causan sonrojo fuera y dentro de estos colectivos.
La recuperación por parte de los populares de autonomías como la Comunidad Valenciana, Baleares o incluso Canarias, o de ciudades como Valencia o Sevilla, en caso de confirmarse, tendrá un efecto importante para agrandar esa sensación de cambio.
Polémico fichaje de Garicano por sus ataques a Juanma Moreno y Mañueco o su choque con Vox
En las filas populares han comenzado ya los primeros movimientos para tomar posiciones ante un eventual Gobierno de Núñez Feijóo. El paradigma es el fichaje del economista y exdiputado de Ciudadanos, Luis Garicano, esta semana por parte de la Fundación Reformismo21, creada por Feijóo para marcar distancias con la Fundación Faes de Aznar. A priori, con Garicano se quiere atraer a los votantes de Ciudadanos, ante la debacle que sufrirá en las urnas, según todos los sondeos. Pero su fichaje ha calentado los ánimos del think tank de liberales que asesoran a Feijóo y despertado algunos viejos demonios. Garicano cargó en numerosas ocasiones contra el PP cuando militaba en Cs, donde fue autor de sus primeros programas económicos.
Se le reprochan las duras críticas contra el hoy presidente andaluz, Juan Manuel Moreno, y principal socio de Feijóo, que vertió en un artículo firmado junto al profesor Jesús Fernández-Villaverde, con el lacerante título de "Los misterios del currículum del candidato".
Los autores aseguraban que de los tres másteres que posee ninguno era verdadero: "Uno no requiere un título universitario, otro es un programa con pocas horas lectivas y el tercero es un premio que resulta llamarse "máster de oro".
Además, Garicano fue el artífice de la moción de censura que preparaba el exvicepresidente de la Junta de Castilla y León, Francisco Igea, contra el presidente Alfonso Fernández Mañueco, quien se vio obligado a adelantar la convocatoria electoral para evitarla.
Sus opositores advierten también de que la proximidad de Garicano al financiero internacional George Soros puede acarrearle numerosas críticas ciudadanas si accediera a algún cargo y dificultaría los pactos con Vox. Soros financia todo un movimiento internacional contrario a Trump y a la extrema derecha.
Garicano fue eurodiputado, después de que se frustrara su aspiración a ser ministro al rehusar Ribera a entrar en el Ejecutivo, porque el sueldo de diputado en el Congreso español no era suficiente para financiar su tren de vida, según admitió.
Su pensamiento es más cercano a la socialdemocracia que al liberalismo. "Es muy amigo del presidente de la Fundación, Pablo Vázquez. Juntos participaron en el blog Nada es Gratis, con gran éxito. Llega para contribuir con ideas para cuando lleguemos al poder, pero está claro que lo que busca es una cartera ministerial", afirma un economista próximo a Feijóo y a la Fundación reformista.
La Fundación es el germen de un futuro Gobierno del PP. "No les oculto que mi objetivo final es condensar todo lo que salga de esta fundación en un proyecto para un hipotético Gobierno. Quiero que mi Ejecutivo trabaje desde el primer minuto", dijo Feijóo al anunciar su puesta en marcha.
Algunos miembros de este organismo aseguran que su misión es elaborar un programa de reformas, que no podrá ser hecho público hasta que Feijóo esté en Moncloa, porque exigirá decisiones dolorosas para enderezar las cuentas públicas, prevenir futuros shocks y reorientar la economía.
Preocupa que las ideas de la Fundación puedan entrar en conflicto con las elaboradas por la Vicesecretaría de Economía del partido, en manos el exconsejero de la Junta de Andalucía, Juan Bravo. El propio Bravo se muestra prudente a la hora de concretar las líneas maestras de su política más allá del recorte de impuestos y del gasto.
El PP ha sido muy cauto a la hora de manifestar su programa económico. Según algunos, Feijóo practica el arriolismo en referencia a Pedro Arriola, el gurú ya fallecido que posibilitó la llegada al poder primero de Aznar y luego de Rajoy. Su técnica se basa en la prudencia y en aprovechar las equivocaciones del contrario, como ha hecho con el tema de la vivienda, en lugar de salir a exponer las suyas.
Aunque el talón de Aquiles de Sánchez en esta campaña fueron los 44 terroristas que Bildu lleva en sus listas. Una circunstancia con la que no contaba el presidente y que Feijóo convirtió en el centro de sus ataques durante varias semanas, al igual que ocurre ahora con la compra de votos en Andalucía.
Guindos y De Cos parten como los favoritos para la vicepresidencia económica futura
En economía, aseguran estas mismas fuentes, el lema del líder del PP es el pragmatismo. "Es difícil enclavarlo en una corriente o en otra, intentará aplicar la solución que mejor crea en cada momento", añaden. Algunos lo definen como un socialdemócrata liberal, porque defiende ideas próximas a ambos pensamientos. Aunque, de momento, nadie sabe cómo será su programa económico ni quién encabezará la vicepresidencia o las carteras relacionadas con la economía.
Los exministros Román Escolano y Fátima Báñez convivirán en la Fundación con Garicano. Pero los nombres que encabezan la lista de los preferidos de Feijóo, según sus allegados, son el vicepresidente del BCE, Luis de Guindos, o el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos.
El problema es que ni uno ni otro tendría disponibilidad para entrar en el Gobierno a finales de año. A Guindos le quedan más de dos años en el BCE y en privado descarta volver al Ejecutivo, mientras que el mandato del gobernador termina en junio de 2024 y personalmente manifiesta su preferencia por algún destino internacional, aprovechando sus profundos conocimientos monetarios.
La proximidad de los comicios generales acelera la sensación de cambio y marca el pistoletazo para ocupar un buen sitio en la primera línea de salida en la carrera para entrar en un hipotético gobierno popular.
PD.-El presidente de Prisa, Joseph Oughourlian, gana peso en Indra al entrar en su consejo. Su veto a Luis Abril como posible consejero delegado de la tecnológica forzó al presidente, Marc Murtra, a decantarse por José Vicente de los Mozos como número dos. El problema que tiene ahora es que si hubiera cambio de guardia en La Moncloa, De los Mozos daría una golpe palaciego para colocarse aglutinar los poderes de presidente y consejero delegado, una estrategia que ya intentó sin éxito en Ifema. Los cambios, si llegan, van a tener efectos devastadores no sólo en el Gobierno.