Opinión

Alquiler más alto y dependencia del Estado

  • Las entidades seguirán siendo las encargadas de evaluar los riesgos de los clientes
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El aval del 20% para la compra de una vivienda aprobado recientemente por el Gobierno ha sido celebrado y criticado a partes iguales. Muchos son los que se preguntan qué consecuencias en el mercado inmobiliario tendrá su entrada en vigor, y lo cierto es que son dignas de analizar.

Una de las consecuencias más evidentes de esta medida es el aumento significativo en la demanda de vivienda. La posibilidad de acceder a un aval del 20% incentivará a aquellos que no cuentan con el capital inicial requerido por las entidades financieras para solicitar una hipoteca. Jóvenes y familias que antes se veían limitados por la necesidad de contar con un ahorro previo podrán ahora activar una demanda "dormida" y optar por la compra de una vivienda.

Sin embargo, es importante considerar que este aumento en la demanda de vivienda puede desencadenar una serie de efectos colaterales. Si la oferta de vivienda no se incrementa en la misma proporción que la demanda, podríamos enfrentarnos a un déficit de viviendas y una mayor competencia por las mismas. Esto, a su vez, podría elevar los precios de la vivienda y dificultar aún más el acceso a la propiedad, a menos que se incentive la construcción de nuevas viviendas para equilibrar la oferta y la demanda, algo que, al menos a día de hoy, no parece que vaya a suceder.

Del mismo modo, esta ayuda podría tener un impacto negativo en el mercado de alquiler de viviendas. Los incentivos para la compra de una vivienda podrían desincentivar el alquiler, ya que los jóvenes y las familias con menores ingresos podrían preferir esperar un poco más e invertir en una propiedad en lugar de destinar sus recursos al alquiler. Todo esto, en conjunto, nos llevaría a una posible disminución en la oferta de viviendas en el mercado de alquiler y, como consecuencia, a un aumento en los precios del alquiler, tal y como comentábamos en la compraventa. Es importante encontrar un equilibrio que fomente tanto la compra como el alquiler de viviendas, ya que ambos son necesarios y adecuados para diferentes situaciones y necesidades.

Otro aspecto a considerar es la posible dependencia que esta medida puede generar en el mercado inmobiliario. Si las ayudas para la compra de vivienda se convierten en una práctica habitual y se prolongan en el tiempo, los potenciales compradores podrían esperar a que se anuncien nuevas ayudas antes de tomar una decisión de compra. Esta situación podría ralentizar el mercado y generar incertidumbre a largo plazo. Además, si las ayudas son excesivamente generosas, podría producirse un aumento desmesurado en la demanda de viviendas, y, en consecuencia, un incremento en los precios. Esto dificultaría el acceso a la vivienda para aquellos compradores que no cumplan con los requisitos financieros y afectaría negativamente a su capacidad de endeudamiento.

En cuanto a las personas que decidan acogerse a este aval, es fundamental tener en cuenta los términos en los que se va a conceder y las condiciones que deberán cumplir las entidades financieras que se adhieran al programa. Aunque aún no se conocen todos los detalles, es importante ser cautelosos y una buena opción para no comentar errores puede ser la de contar con el asesoramiento de expertos en hipotecas, garantizando un endeudamiento adecuado y sostenible.

Es fundamental señalar también existen otras alternativas en el mercado, como las hipotecas al 100% ofrecidas por determinadas entidades financieras y que son especialmente atractiva para perfiles jóvenes con poco ahorro. Por esto recordamos que es importante no apresurarse y tener en cuenta todas las opciones disponibles y evaluar cuál se ajusta mejor a las necesidades y posibilidades de cada persona.

En relación al potencial sobreendeudamiento de los compradores, consideramos que no es una preocupación relevante, ya que las entidades financieras seguirán siendo las encargadas de evaluar el riesgo y el endeudamiento de los clientes, ajustando las hipotecas a criterios lógicos y prudentes. Otro aspecto que sí se debería tener en cuenta es la compatibilidad de este aval con otros ofrecidos por algunas comunidades autónomas, pues, dado que esta ayuda cubre el 20% que los compradores podrían no disponer como entrada podría entrar en conflicto con otras ayudas similares

En definitiva, habrá que esperar antes de sacar conclusiones firmes sobre la aplicación de este aval, que podría elevar los precios tanto del alquiler como de la compraventa y generar una peligrosa dependencia del Estado. La clave, como ya mencionamos, pasará por encontrar el necesario equilibrio entre la promoción de viviendas y la capacidad de garantizar un endeudamiento responsable.

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