
La banca española supera en liquidez a la media de las entidades europeas. Ello incluso sin el empuje de las líneas TLTRO del BCE que se seguirán diluyendo en los próximos meses.
Esta señal de solidez de las entidades nacionales es, si cabe, más importante en este momento tras las turbulencias vividas en los mercados financieros hace poco más de un mes. Los balances están sólidos, muy por encima de los mínimos regulatorios y de sus pares europeos, si bien esto es un aliciente que aminora la necesidad de los bancos de salir al mercado a buscar depósitos y, como consecuencia, aleja la guerra de precios en este segmento. Sea como fuere, tanto los resultados, con beneficios crecientes en el primer trimestre, como los balances, son claramente robustos.