Opinión

Diálogo social, clave de la salud de las relaciones laborales

Antonio Garamendi (CEOE), Unai Sordo (CCOO) y Pepe Álvarez (UGT)

Como cada Primero de Mayo, quiero trasladar en nombre de CEOE nuestra felicitación por este Día Internacional del Trabajo que nos recuerda el primordial esfuerzo que en el día a día realizan todos aquellos que conforman nuestras empresas, empleadores y trabajadores, para la construcción de España.

Más aún decir, que los empresarios, como trabajadores que somos también, también estamos hoy del mismo modo de celebración.

Recordando las líneas escritas con la misma ocasión el pasado año, es obligado reiterar como entonces el orgullo que, fruto de ese espacio compartido que son las relaciones laborales, es para nosotros atesorar un diálogo social que se ha caracterizado en los últimos años por sus éxitos.

Hace solo apenas dos meses rubricábamos un pacto fundamental, la Estrategia de Seguridad y Salud en el Trabajo 2023-2027, de suma importancia para seguir poniendo a las personas en el centro de la actividad económica, y otra más a sumar a la quincena de acuerdos alcanzados en el diálogo tripartito desde un poco antes de la pandemia.

Hemos negociado, negociamos y negociaremos en defensa del país y de los españoles

Este acuerdo es una muestra más de la vocación de diálogo y concordia que nos mueve, como siempre digo, sobre los tres pilares inspiradores de nuestra labor de representación del mundo empresarial: la independencia, el sentido de Estado y la lealtad institucional.

Dicho de otro modo, hemos negociado, negociamos y lo seguiremos haciendo, porque es nuestra misión como agente social reconocido por la Constitución, y porque es nuestro deber en la defensa de los intereses, en última instancia, de nuestro país y de todos los españoles.

Por otro lado, este Primero de Mayo está marcado, somos conscientes, por una situación compleja, llena de incertidumbre, que es el cambio de contexto económico derivado, fundamentalmente, de la guerra de Ucrania.

Además de aprovechar para pedir que no nos olvidemos de los ciudadanos ucranianos, muchos de ellos también trabajadores y empresarios, que incluso han abandonado su país en busca de nuevo futuro, como hemos podido comprobar desde la Fundación CEOE a través del proyecto Empresas por Ucrania, quiero lanzar un mensaje de optimismo.

En esta coyuntura tan dura, sindicatos y empresarios estamos trabajando de una manera muy comprometida por lograr cerrar un nuevo Acuerdo por el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC), que aporte un marco de certeza y referencia a los negociadores de los convenios colectivos.

Porque todos tenemos un objetivo común: incrementar los salarios para proteger a los trabajadores del azote de la inflación sobrevenido, especialmente por la guerra de Ucrania, mientras preservamos la competitividad de nuestras empresas en un entorno de fuerte competencia y altos costes energéticos, de modo que podamos seguir creando empleo a buen ritmo, y empleo de calidad.

El objetivo común es subir los salarios preservando la competitividad de las empresas

Decía que un mensaje de optimismo porque confío en la capacidad negociadora de las partes, y porque, en todo caso, la negociación colectiva efectiva, la que se produce a pie de empresa, territorio y sector, sigue funcionando incluso de forma más eficaz que hace un año.

Solo en el primer trimestre de este año los convenios firmados dan cobertura a 6,7 millones de trabajadores, una cifra que el año pasado no se alcanzó hasta el mes de julio.

Además, la subida salarial pactada en los convenios colectivos firmados o revisados hasta marzo de este año superó ligeramente el 3% y solo en los convenios firmados en 2023, fue del 4,82%.

Por lo tanto, como representante de las empresas españolas estoy en situación de poder asegurar que el diálogo social, piedra de toque de la salud de las relaciones laborales, así como la negociación colectiva, están resistiendo el envite de las tormentas geopolíticas y económicas, más allá de las discrepancias que, dentro siempre de la moderación, cabe esperar dentro del marco democrático del que disfrutamos.

Más aún, insto a que también resistan a los vientos electorales. Porque tras las elecciones, aquellos que firmamos los acuerdos y a los que les afectan, seguiremos aquí, y no hay mayor enemigo de la convivencia que la crispación, la acusación mutua y la polarización.

Por último, en una fecha tan señalada como esta, quiero mantener vivo el recuerdo del ex líder de UGT Nicolás Redondo, una persona que ha sido fundamental en la construcción del diálogo social tal y como hoy lo conocemos. Desde la defensa de esos mismos valores de consenso y trabajo en común, quiero felicitar a toda la sociedad por este nuevo Primero de Mayo.

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