
La tasa de inflación interanual de la eurozona se desaceleró en marzo hasta el 6,9% desde el 8,5% del mes anterior como consecuencia de la caída de los precios de la energía. Pero la tasa subyacente (que excluye los elementos más volátiles) escaló una décima hasta alcanzar un nuevo récord en el 5,7%. Al igual que ocurre en España, la razón de este dispar comportamiento está en los alimentos, que escalaron ocho décimas en marzo, hasta alcanzar un incremento del 14,7%. Una tendencia que, por desgracia, tiene pocos visos de revertirse en los próximos meses. La razón está en la pertinaz sequía que afecta a gran parte de Europa y a España. Un fenómeno meteorológico que ya está provocando alzas en el precio de los cereales. Así, el trigo y el maíz registran subidas cercanas al 3% en el operador europeo de mercados bursátiles Euronext en París. Con todo, lo más preocupante es que los futuros de los cereales apuntan a incrementos que alcanzarán el 12% en los próximos meses, alentados por las previsiones climáticas que descartan importantes lluvias. Por si fuera poco, China ha llegado para añadir más presión en los cereales, al cuadruplicar sus compras de maíz brasileño, uno de los principales suministradores de la Unión Europea. Una decisión que obligará a traer más maíz de Ucrania, pese a que es un 40% más caro por los costes de transporte. La sequía y China, por tanto, seguirán impulsando los precios de los cereales, lo que provocará que los alimentos sigan sumando a la inflación. Esto dificultará la lucha del BCE por embridar los precios, lo que puede llevar al eurobanco a prolongar las subidas de tipos de interés, con el negativo impacto que ello supone para la financiación.