El Banco de España revisa al alza las previsiones de crecimiento para España en 2023. En concreto, las eleva tres décimas hasta el 1,6%, pero sólo por el ajuste estadística realizado por el INE con el PIB de 2022.
De hecho, el resto de variables anticipan un panorama económico muy complicado para nuestro país en el presente ejercicio. No en vano, la entidad recorta sus estimaciones para el consumo privado, el gasto en inversiones y las exportaciones por el alto IPC. Y es que los precios seguirán golpeando el PIB nacional especialmente con la tasa subyacente, que terminará el año casi en el 4%, por el alza de los alimentos, que será del 12,2% frente al pronosticado 7,8% de diciembre. Unos incrementos que demuestran que la pesadilla de la inflación seguirá vigente.