Opinión

Modelo de gestión de residencias para personas mayores

España es uno de los países más longevos del mundo donde el sector sociosanitario tiene, por lo tanto, un mayor reto por delante. Además, este reto se afronta en un contexto posterior al COVID que ha afectado a la reputación del sector.

9,5 millones de españoles tienen más de 65 años y de ellos un 30% son dependientes. Con 390.000 plazas en residencias y 25.000 más en desarrollo, España con un ratio de 4,18, incumple la tasa que la OMS sitúa en 5 plazas por cada 100 personas.

Estos datos demográficos han convertido a España en un país donde muchos inversores ponen su foco y actualmente representan ya un 20% del sector. Es el momento de reivindicar la capacidad, experiencia y valor de las pymes sociosanitarias nacionales.

La pyme y la empresa familiar es sinónimo de calidad en el sector sociosanitario. Dicha calidad no va asociada al tamaño del centro o número de camas sino al modelo de gestión. Una de las claves es realizar una fuerte inversión en recursos humanos para profesionalizar todos los niveles de gestión y personalizar el trato al residente. Vinculamos el servicio a la dignidad e individualidad. El centro que permite esta política es de 120 plazas como máximo. Si a todo esto añadimos una apuesta por la sostenibilidad para generar impacto social, el resultado será un fortalecimiento de la marca titular de los centros sociosanitarios.

La existencia de sistemas normativos, de concierto, inspección y calidad, diferentes en cada comunidad autónoma, hace que muchos grupos pequeños y medianos opten por centrar sus esfuerzos en una sola CCAA. Desde 2007, con la entrada en vigor de la Ley de Dependencia, la administración pública ha ganado peso en el sector como contratador de plazas. El reto hoy es la atención a la preferencia, la cobertura de las necesidades y la personalización en la atención. El equipo profesional debe tener presente la necesidad de realizar una escucha activa al residente.

Las empresas familiares de tamaño medio tienen capacidad de adaptar sus centros más rápidamente tanto a los cambios normativos como a la tipología de demanda y necesidades como, por ejemplo, las habitaciones individualizadas. Las nuevas implantaciones buscan la socialización de las personas residentes y por lo tanto apuestan por entornos urbanos.

La aplicación de criterios ESG (environmental, social and governance) no solo responden a una exigencia de la UE sino a la búsqueda de la excelencia. Sin la aplicación de estos criterios no se puede dar respuesta a la cada vez mayor exigencia y sensibilización de los familiares de los residentes. Además, la asunción de estas políticas nos permite atraer al mejor equipo humano en un contexto laboral de alta demanda y fuerte competencia entre grupos para captar personal.

Siguiendo los Objetivos de Desarrollo Sostenible, en concreto la pauta número 17, hemos buscado alianzas colaborativas que nos permitan intercambiar experiencias y conocimiento para mejorar nuestra gestión. Nuestra participación en plataformas donde hay otros 120 agentes ofrece resultados muy satisfactorios con conclusiones que implantamos a posteriori y evaluamos su impacto en nuestros centros.

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