Opinión

Sin tregua en el IPC alimentario

El dato adelantado del IPC de febrero del Instituto Nacional de Estadística confirma el repunte de los precios de enero que llegó tras cinco meses consecutivos de descensos.

 Así, la tasa de inflación anual se elevó dos décimas hasta el 6,1%. Asimismo, la subyacente aumentó en la misma proporción hasta el 7,7%, su nivel más alto desde los años 80. Los datos demuestran con meridiana claridad que los precios siguen sin estar controlados en España y que la pesadilla inflacionista aún persiste. A ello contribuye la energía, pero muy especialmente los alimentos. No en vano, la tasa interanual de IPC de esta última categoría se situó en el 15,4%, con un incremento del 0,4%. Un alza que echa por tierra las previsiones del Gobierno que recientemente aseguró que había "razones objetivas" para pensar que los alimentos habían tocado techo. La cruda realidad desmiente esta tesis y también refleja el escaso impacto que en el IPC alimentario está teniendo la reducción o eliminación del IVA en algunos alimentos básicos. Una medida que se muestra insuficiente ante el desplome de la producción agroalimentaria en España y el alza de las exportaciones, que seguirán impulsando los precios de los alimentos. A pesar de ello, el Ejecutivo se sigue negando a extender la rebaja del impuesto a otras referencias de la cesta de la compra, como la carne y el pescado, que es lo que reclama el sector de la distribución.

Los precios de los alimentos escalan cuatro décimas, hasta el 15,4%, y echan por tierra el optimismo del Gobierno

Esto aumentaría el impacto de una medida que en su concepción actual no es capaz de lograr la ansiada tregua en los precios de los alimentos. Algo fundamental para frenar la alta inflación en España que tensiona los presupuestos familiares y que pasa factura a una variable clave para la economía, como es el consumo.

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