España es el país de la OCDE en el que más ha descendido la renta disponible entre el último trimestre de 2019 y el tercer trimestre de 2022, con un 9%.
Este mal desempeño nacional no se debe a la inflación, que afecta a todos los países, sino a la baja productividad de la economía. El gran peso que en el PIB tienen sectores de menor valor añadido es la razón que explica el empobrecimiento español y el mayor impacto de las crisis en las familias. A ello hay que sumar que el fuerte crecimiento del empleo público, impulsado por el Gobierno, agrava el problema. Solo con reformas, incentivos y rebajas tributarias se conseguirá que las empresas aceleren la creación de empleo que el país necesita para mejorar su productividad y, con ello, la riqueza de las personas.
