La Seguridad Social destinó 11.902 millones de euros en enero al pago de las pensiones. Una cantidad récord que implica un incremento del 10,7% respecto al mismo mes de 2022.
Es más que evidente que este aumento, el mayor de la historia, se debe principalmente a la decisión de ligar la revalorización de las prestaciones al IPC, lo que ha supuesto un alza del 8,5% en las nóminas que ha disparado el gasto. Los datos reflejan la elevada factura que para las arcas públicas supone una medida que el Gobierno tomó para ganarse el apoyo de los más de nueve millones de pensionistas que hay en España. Un interés electoral que tiene un alto coste y que aumentará los desequilibrios que ya presentan las cuentas de la Seguridad Social.