Opinión

Un año difícil de repetir en empleo

El mercado laboral cerró 2022 con más de 20,3 millones de afiliados a la Seguridad Social, récord histórico, y menos de 2,9 millones de parados, el nivel más bajo desde 2007.

 Ambos datos confirman un excelente desempeño del empleo que ha sabido resistir a un año marcado por la incertidumbre económica y la espiral inflacionista, generada al calor del conflicto en Ucrania. Es cierto que la figura de los fijos discontinuos, creada tras la reforma laboral y que es habitual en los países europeos, maquilla estas cifras hasta el punto de que Fedea estima que reduce en más de medio millón el número real de parados. También es negativo para la calidad del empleo creado que más de 331.000 contratos indefinidos firmados en el año hayan tenido una duración de días. Pero ambos factores no bastan para deslucir en su totalidad el año de récord que ha culminado el mercado laboral español. No en vano, la Seguridad Social sumó más de 471.000 cotizantes en 2022, el mayor incremento desde 2018, lo que permite a España cerrar el segundo ejercicio consecutivo en el que se crea empleo, tras el nefasto 2020, que se llevó por delante 360.000 puestos de trabajo. Sin embargo, los datos correspondientes a diciembre han ratificado el importante frenazo en la creación de empleo iniciado meses atrás, al registrarse sólo 12.640 contrataciones en plena campaña de Navidad, la peor cifra desde 2012.

La incertidumbre económica y la ralentización de las contrataciones convierten 2023 en un reto para el mercado laboral

Esta ralentización evidencia que la capacidad de las empresas de generar puestos de trabajo se está agotando. Esto reduce en gran medida las opciones de repetir en el actual 2023 el año de récord del mercado laboral de 2022. Más aún si se tiene en cuenta que las perspectivas económicas son más bien pesimistas, especialmente en la primera mitad del presente ejercicio.

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