
El mercado inmobiliario español ha estado históricamente marcado por la financiación bancaria y las inversiones de capital. No obstante, ante un escenario de gran volatilidad económica como el actual, el sistema necesita implementar mecanismos que garanticen agilidad, estabilidad y solidez a la hora de ofrecer liquidez a las empresas. Las operaciones en el sector inmobiliario se han ralentizado, aunque continúan presentando un buen dinamismo respecto a anteriores periodos de incertidumbre y desaceleración macroeconómica. Es en este apartado en el que la financiación alternativa en el mercado español cobra protagonismo, actuando de forma complementaria a la banca tradicional y ofreciendo soluciones a través de la creación de canales alternativos (capital y deuda).
El valor que ofrece la banca tradicional ha permitido que muchas de las operaciones formalizadas en el mercado se lleven a cabo sin grandes complicaciones. Sin embargo, es habitual encontrarnos momentos en los que la financiación bancaria no está disponible debido a los tiempos que demanda el cierre de una operación, el perfil de riesgo que tiene que asumir un promotor o las restricciones en volumen de deuda que los bancos pueden facilitar a las compañías. La inversión alternativa – estrechamente ligada a inversores y políticas fiscales-, ha dado como resultado un mecanismo que ofrece una mayor flexibilidad, que permite adaptarse a la realidad de las empresas, y que complementa el importante papel que asume la banca tradicional.
Hasta hace unos años, las compañías dependían exclusivamente de la banca para obtener liquidez. En el contexto actual, las compañías del sector inmobiliario cuentan con un mayor abanico de opciones, ya que han aparecido nuevas vías alternativas con las que acometer de forma segura cada nuevo proyecto. La financiación alternativa ofrece en la actualidad oportunidades muy atractivas para reposicionar potenciales activos e iniciar nuevos proyectos dentro del sector. Con el notable avance que están experimentando estos instrumentos, ¿qué retos afronta la financiación alternativa durante estos próximos años?
Grosso modo, el gran reto de este sector es de carácter educativo: hacer que las compañías comprendan que muchos proyectos funcionan mejor mediante la financiación alternativa. Este tipo de financiación está muy arraigada en otros países europeos debido a que las compañías conocen su funcionamiento y su importante papel en la estructuración de operaciones. Una tarea que aún tenemos pendiente de seguir trabajando en España.
Otro reto está relacionado con seguir aportando soluciones en materia de liquidez, siempre dentro de un marco regulatorio que permita generar confianza y seguridad al sistema, y que se complemente con los servicios que ofrece la banca tradicional. Las operaciones en el sector inmobiliario suelen tener el mismo rigor de análisis tanto en la financiación tradicional como en la alternativa, dado que los créditos que se conceden son igual de necesarios para que cada operación salga adelante.
Ahora bien, hay que ser conscientes de que afrontamos un momento de gran incertidumbre en el que conviene ser prudentes, ya que hay una serie de factores que están teniendo un impacto directo dentro del sector. En un escenario de encarecimiento de los tipos de interés, es muy complicado saber cuándo se van a estabilizar, aunque puede empezar a intuirse. Los precios de financiación están condicionados por el comportamiento económico de un país, y esto, trasladándolo a la evolución de la demanda y el consumo, tendrá repercusión en los mismos. Hay que tener presente que las oportunidades en el sector inmobiliario están basadas en la inmediatez, y los activos que actualmente se encuentra en el mercado, quizás en los próximos seis meses ya no estén. Asimismo, hay un porcentaje de operaciones que en el escenario actual podrían retrasarse en el tiempo ante la incógnita de cómo evolucionará el contexto económico y geopolítico. Por otro lado, las operaciones corporativas se encuentran a precios muy bajos, lo que puede derivar en grandes oportunidades.
En definitiva, el mercado inmobiliario español se encuentra en una situación caracterizada por una disminución del volumen de inversión, que, además, no ha hecho más que acentuarse ante la elevada inflación y el aumento de los tipos de interés. Por esta razón, compañías como Frux Capital apostamos por los préstamos puente como una alternativa para situaciones temporales en los que las compañías necesitan inyección de capital. La financiación alternativa ofrece una amplia gama de soluciones de financiación adaptadas a las necesidades de cada negocio. Queremos formar parte de ese cambio, ofreciendo soluciones personalizadas que abarcan desde desarrollos inmobiliarios, crecimiento corporativo hasta reestructuración o reorganización de deuda.