La Fed cumplió con el guión previsto por los analistas con una subida de tipos menor a las que ha llevado a cabo en sus últimas cuatro reuniones. En concreto, 50 puntos básicos frente a los 75 previos.
Este descenso se explica por la caída gradual que está experimentado el IPC en EEUU, que cerró noviembre en el 7,1%, por debajo de las previsiones (7,3%). Con todo, el banco central estadounidense relajó el optimismo del mercado al avanzar que subirá el precio del dinero por encima del 5% el próximo año. Argumenta su decisión en el hecho de que la inflación dista mucho de estar aún normalizada. No en vano, la propia Fed la ve aún por encima del 3% en 2023. Esto obliga al organismo a mantener su agresividad para controlar el IPC, aunque ello frene la economía