
Un quiero y no puedo, creo que es la mejor forma de describir este 2022. Parecía que iba a ser el año de la recuperación plena, tanto de la actividad como de la economía tras la pandemia, pero el conflicto entre Ucrania y Rusia truncó todas las ilusiones e hizo que los costes energéticos y que la inflación se disparase, zarandeando a su paso a los más pequeños de la cadena.
Si bien esta situación de crisis no está afectando de forma acentuada al empleo en general, sí que estamos viendo una continua destrucción de autónomos y de pymes. Es probable que España cierre 2022 teniendo una destrucción de empleo autónomo. Sin embargo, Andalucía va a tener un crecimiento anual de 3.000 autónomos más. Apoyar a los autónomos tiene un efecto positivo en la sociedad en general y la recompensa llega.
El mensaje que tiene que calar a los autónomos es que se puede salir adelante, que saben resistir y que nadie como ellos para para generar actividad, empleo y para generar cohesión social. No hay que olvidar que "unidos somos más fuertes", como bien decía el primer lema que tuvo nuestra organización cuando se fundó en 1995. A lo largo de estos casi 30 años de historia, desde ATA hemos tenido claro que la formación es imprescindible para mejorar la competitividad, la productividad y también para que los trabajadores por cuenta propia estén preparados ante los nuevos retos que vienen en un futuro ya no tan lejano.
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Formarse debe ser una prioridad para los autónomos, y no sólo para sus trabajadores. Vamos a ponerlo como propósito navideño. La formación en digitalización es entrar de lleno en cómo funcionan los negocios hoy en día, la formación en ciberseguridad es proteger a tus clientes y asegurar el buen funcionamiento de tu actividad, la formación en nuevas tecnologías, informática o idiomas es abrir nuevos nichos de negocio… Y no dejemos de lado la formación en prevención. Es fundamental que el autónomo tenga la formación y los conocimientos necesarios que le permitan poder adaptar las medidas de prevención de riesgos laborales y protección en su negocio, por pequeño que sea. Desde esta tribuna quiero lanzar un mensaje claro de la imprescindible necesidad de desarrollar y consolidación de una cultura de la prevención de riesgos laborales, afianzando el lugar de trabajo como un sitio seguro. Salvaguardar tu vida y la de los autónomos que colaboran contigo no es un empeño menor.
Ser autónomo es una forma de vida, el 60% de los autónomos que lo son hoy, confiesan que si volvieran a nacer volverían a ser autónomos. A veces se intenta dar un mensaje negativo de los autónomos, pero yo soy de esos que piensan, que, desde luego, aunque he vivido situaciones complejas y muchas crisis, si volviera nuevamente a tener la oportunidad, también volvería a ser autónomo.