
El cumplimiento del plan de energías renovables está en serio riesgo. No en vano, en casos como la eólica se han instalado menos de la mitad de la potencia prevista por estas fechas.
La causa de ello está en la burocracia. La tramitación administrativa es uno de los principales caballos de batalla de la transición energética en el país, ya que ralentiza la instalación de los parques. A ello debe sumarse también el importante traspiés que supone que el 98,5% de los 3.000 MW de la última subasta de renovables quedara sin adjudicar por su escasa rentabilidad al poner un límite en el precio. Una medida que no se tendría que haber tomado si se hubieran acelerado antes los desarrollos lo que, además, también habría provocado que el precio actual de la luz fuera menor.