Alguien dijo que si no entendemos porqué pasan las cosas, la respuesta está en ver a quien benefician y a quien perjudican. Será casualidad, pero todo lo que está ocurriendo últimamente perjudica a Europa y beneficia a EEUU.
Nos quedamos sin gas ruso y se lo compramos a Norteamérica, pero muchísimo más caro. Y no solo gas: Estados Unidos es, junto a Rusia, el otro gran productor de materias primas del mundo y ahora toma el puesto de Rusia como proveedor -libre de sanciones- para Europa. También vende ahora muchas más armas que antes. La cifra de PIB en EEUU del último trimestre se ha salvado gracias a las exportaciones de energía y armamento.
Por otra parte, que duda cabe que EE.UU. está haciendo un gran esfuerzo económico para ayudar militarmente a Ucrania frente a la agresión rusa, pero es Europa quien paga la factura de las sanciones. ¿Cuánto vale la caída del PIB europeo, que sólo acaba de empezar? ¿Cómo se valora que tengamos una inflación muy superior a la de Norteamérica, cuando nuestro nivel de actividad económica es mucho más bajo y el paro mucho más alto?
Es muy posible que todo sea fruto de la casualidad. Y lo digo sin ironía. Como dicen los norteamericanos "shit happens" –las desgracias suceden-, y las desgracias nunca vienen solas. Tampoco descartaría que, conociendo los políticos europeos, el problema sea más por incompetencia propia que por competencia externa. En cualquier caso tendríamos que empezar a plantearnos que algo habrá que hacer.
Europa tiene que empezar a trabajar para cambiar una situación que nos perjudica claramente. Porque lo peor no es todo lo que hemos mencionado anteriormente - que no es poco - sino los efectos estructurales. Especialmente que las empresas industriales, muy intensivas en uso de energía, empiecen a abandonar el suelo europeo. O que las que están pensando en montar una factoría decidan hacerlo en un sitio más seguro. Y casualmente Norteamérica es de las pocas zonas del mundo que pueden ofrecer la misma seguridad jurídica y sistema político democrático consolidado que ofrece Europa. Además ahora ofrece – casualmente - absoluta seguridad energética, cosa que no ofrece Europa.
No son imaginaciones mías. Los precios de la energía y las restricciones de suministro han obligado a reducir la producción de acero europeo. En el caso del aluminio o los fertilizantes, la producción se ha reducido a la mitad. En el sector químico, la empresa BASF anunció recientemente que planeaba reducir de forma permanente su producción europea, a la vez que abría una nueva planta en China. Y son sólo ejemplos.
De momento no es algo que vaya a hundir la economía europea, pero ¿qué ocurre si la guerra se eterniza? Porque una cosa es que el conflicto siga ahí - que seguirá casi eternamente -, y otra muy distinta una guerra en la que la sanciones son una de las armas utilizadas y que, en este caso concreto, son un arma que genera tanta destrucción en el sancionador como en el sancionado.
La situación no es temporal. Hemos conseguido llenar nuestros depósitos de gas, pero porque nuestra capacidad de almacenamiento es reducida. Y no da para un año completo. Hasta que no se haya aumentado de forma masiva, no tendremos seguridad en cuanto al suministro de gas. Por no hablar del precio.
Además, y como es lógico, vamos a aprovechar para sustituir el gas ruso con energías limpias, una entiendo que muy buena decisión de cara al largo plazo, pero que llevará mucho tiempo implementar. Y desde luego no resuelve la inseguridad energética a corto y medio plazo. Con la seguridad energética ocurre como con la seguridad jurídica: tiene que estar garantizada a largo plazo.
Pasado el "shock" inicial que produce la invasión de un país soberano por otro que se salta todas las leyes internacionales y una vez realizada una respuesta contundente pero que se está demostrando especialmente contundente con el sancionador, tal vez convendría empezar a ser un poco más ladinos y un poco menos atolondrados. Antes de que la política de poner el carro antes que los bueyes genere un daño irreparable en la economía europea.
No pretendo decirles a los políticos lo que deben de hacer, pero como economista les diré que si a los problemas estructurales que ya tiene Europa, en forma de excesos regulatorios, impuestos y descontrol de la deuda pública, añadimos la inseguridad energética, las consecuencias económicas a medio y largo plazo serán nefastas. Así que sean un poco más ladinos, piensen antes de actuar y pongan su casa en orden.
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