
Repsol adquiere una participación del 49% en un total de 46 bloques de exploración en Alaska. Además compra el 11,3% del yacimiento Blacktip y más dominio minero en la cuenta de Marcellus.
Estas tres operaciones confirman a EEUU como el principal foco inversor de la compañía en lo que respecta al negocio de exploración y producción. Pero además, estas adquisiciones no van en contra del objetivo de la compañía de reducir sus emisiones, ya que todas se realizan con vistas a incrementar su producción de gas. Una estrategia que además se antoja oportuna ante las perspectivas de crecimiento de esta energía en el proceso de transición ecológica. Además refuerza el área de producción con vistas a sacar la división a bolsa en 2026.