Opinión

El crecimiento económico mundial se desacelera

Las previsiones de crecimiento global se desaceleran en medio de un panorama cada vez más sombrío e incierto, donde las mayores economías mundiales se estancan y donde la inflación está desatada. El Banco Mundial ha anunciado una rebaja de la previsión de crecimiento global desde el 5,7% en 2021 hasta el 4,5% para 2022, cuatro décimas más respecto a sus anteriores estimaciones de junio, pero ha recortado 1,4 puntos las del próximo año hasta el 1,4%, muy por debajo del 2,1% estimado por el gobierno a la hora de elaborar sus presupuestos para 2023.

El principal elemento nuevo en las previsiones del Banco es la guerra de Ucrania, que empezó a finales de febrero y que está teniendo múltiples efectos sobre la economía mundial: un aumento del precio de las materias primas, más problemas para la cadena de suministros y mayor incertidumbre, entre otros.

Tras el varapalo provocado por la crisis sanitaria del Covid-19, se anticipaba que la recuperación sería rápida y que podríamos alcanzar los niveles anteriores a la crisis. Sin embargo, todas las previsiones están siendo peores a causa de varios factores que están lastrando el crecimiento mundial, entre ellos la alta inflación que merma el poder adquisitivo de los consumidores, los cuellos de botella existentes en la cadena de suministro que todavía siguen latentes, los efectos de la crisis del Covid-19 que durante estos años ha provocado la quiebra de muchas empresas y, especialmente, el conflicto entre Rusia y Ucrania que está alimentando todavía más la subida de precios, repercutiendo especialmente en la energía y los alimentos.

La inflación puede desembocar en un círculo vicioso del que no es fácil escapar. Para hacer frente a la subida de precios y la disminución de la renta disponible se demandarán mayores salarios, por lo que los empresarios aumentarán los precios de sus bienes y servicios para amortiguar el incremento de costes, alimentando aún más el proceso inflacionario.

Todos estos factores están repercutiendo negativamente en la recuperación económica de las principales economías del mundo. En Estados Unidos y Europa la inflación está mermando el consumo y la inversión, provocando una contracción del crecimiento económico y se espera que esta situación se agrave debido a las políticas monetarias restrictivas. Por su parte, China está inmersa en su crisis inmobiliaria y todavía existen confinamientos puntuales en algunas regiones, lo que está provocando también un crecimiento de su economía más lento de lo esperado.

Esta desaceleración en todo el mundo está llevando incluso a algunos países a la puerta de la recesión. Por tanto, en el actual contexto de alta inflación, aumenta el riesgo de entrar en estanflación, un fenómeno económico caracterizado por el poco crecimiento mientras los precios no dejan de subir. Este es considerado uno de los peores escenarios económicos posibles ya que es muy complejo de corregir y tiene efectos muy adversos en la economía: en primer lugar, la alta inflación provoca que las familias vayan perdiendo poder adquisitivo y que las industrias vean incrementados sus costes, provocando la caída de beneficios empresariales y reduciéndose así el consumo agregado. En segundo lugar, el bajo crecimiento (o decrecimiento) provoca un ajuste en los costes de las empresas que desemboca en mayores tasas de paro, menor confianza de los inversores y menor liquidez en el sistema.

Las principales soluciones al problema económico que vivimos pasan por reducir la inflación y estimular el crecimiento económico. No obstante, es complicado que ambos objetivos puedan darse simultáneamente mediante la política monetaria y, dada la estrategia restrictiva de los Bancos Centrales, lo más probable es que primero se desacelere la economía y los precios vayan normalizándose progresivamente y, posteriormente, se vaya estimulando el crecimiento económico con un control de precios. La solución ideal pasaría por aumentar la oferta de manera que se incremente la producción y los precios se relajen. Sin embargo, esta oferta se encuentra bastante rígida debido a los problemas en las cadenas de suministro, la gran desaceleración en China y la crisis energética provocada por Rusia. Eso sí, existen una serie de medidas que, junto con la política monetaria restrictiva, pueden ayudar a reducir la inflación más rápidamente.

Lo más importante actualmente pasaría por la resolución de la guerra de Ucrania, lo cual de momento parece improbable, por lo que para minimizar el incremento de precios energéticos se deberían incentivar medidas para reducir la dependencia de combustibles fósiles, como la generación mediante energías renovables o el desarrollo de la eficiencia energética, entre otros. Resulta también muy importante solucionar los cuellos de botella en las cadenas de suministro, la escasez de contenedores marítimos y la falta de transportistas, ya que ello provoca un shock de oferta negativo y, por tanto, un aumento de precios. También ha de reducirse la dependencia mundial del gigante chino y solucionarse la crisis de los microchips, y para todo ello, deberían implementarse una serie de soluciones tecnológicas y digitales que optimicen todo el proceso logístico.

Por otra parte, el gasto público es una variable económica que contribuye al incremento de precios. Por tanto, es importante que exista un control por parte de los Estados de las partidas de gasto, no solamente para contribuir a la estabilidad de la inflación, sino porque además es una medida necesaria para muchos países que durante años han estado financiando dicho gasto con deuda, especialmente durante la crisis del Covid-19. Tanto es así que muchos Estados se encuentran actualmente excesivamente endeudados, y más en el actual contexto de subidas de tipos de interés. Por tanto, más que elevar el gasto público, debería incentivarse el aumento de la productividad tanto en el gasto público como en las propias empresas.

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Comentarios 1

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navegante, las herencias para los herederos no para el gobierno de turno
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Es normal que de vez encuando esto ocurra, pues los virtuosos de la economía mundial, hacen filigranas para que los países tengan sus tropiezos y necesiten endeudarse hasta la cejas,

Sí no esto sería un cuento de hadas

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#1