
Luis de Guindos y Pablo Hernández de Cos lanzaron ayer un mensaje pesimista respecto a la evolución de la economía europea el próximo año, alertando de un mayor riesgo de recesión.
Este frenazo pone en duda la optimista expectativa del Gobierno de recaudar un 7,6% más en 2023, hasta 262.781 millones tras el alza del 9% en el presente ejercicio. Así lo estima también el gobernador del Banco de España, que no cuestiona los cálculos pero sí avisa de una cuestión de fondo que podría dar al traste con la previsión. En concreto, De Cos alerta del riesgo de que flaqueen los ingresos públicos como ocurrió en la crisis financiera de 2008. Si entonces el estallido de la burbuja inmobiliaria hundió la recaudación, ahora ese peligro está en la inflación. Al igual que en 2022, el Gobierno confía en el IPC para firmar un nuevo récord de recaudación el próximo año, con el que financiar su política económica basada en el alza del gasto público. El problema para sus intereses es que, como De Cos destaca, el proceso de normalización monetaria en Europa contendrá los precios. De hecho, todo indica a que tras el invierno, la inflación caerá con fuerza. Si a ello se suma la debilidad del PIB, cuyo crecimiento se quedará en el entorno del 1%, existe el riesgo de que el incremento de la recaudación sea ínfimo.
De Cos pone en duda un nuevo incremento de los ingresos públicos en un contexto de menor inflación en la eurozona
A pesar del riesgo que implicará no poder financiar el mayor gasto con el alza de los ingresos, el Gobierno no ceja en su empeño de elevar los desembolsos. No en vano, el fin de semana abría la puerta a otros 10.000 millones en ayudas a la población más vulnerable en los Presupuestos enviados a Bruselas. Una medida que ahondará en los desequilibrios que las cuentas públicas ya presentan, y sobre los que De Cos también ha advertido.