
Los Presupuestos para 2023 que Portugal espera aprobar hoy ahondan las diferencias en política económica entre el gobierno luso y el español, ambos socialistas.
Aquí todo gira alrededor de subir impuestos para financiar el mayor gasto que, a su vez, engorda el déficit. Mientras, Lisboa elige una estrategia que tiene como objetivo controlar la deuda. Para ello, impulsa rebajas impositivas, deflactando el IPRF por ejemplo, al tiempo que opta por medidas menos gravosas que en España, como subir las pensiones la mitad que la inflación. Con ello no solo conseguirá un mayor equilibrio de las cuentas públicas en un momento de encarecimiento de la financiación. Además, su adecuada política fiscal atraerá inversión y empresas, que podrían haber recalado en España.