Los analistas rebajan un 13% las perspectivas de beneficio de los fabricantes de semiconductores desde junio. Las constantes revisiones a la baja de la demanda mundial explican en parte el empeoramiento.
Pero también afecta el reciente veto anunciado por EEUU a la exportación de chips a China. Una medida con la que la administración de Joe Biden pretende fomentar el mercado nacional, pero que tendrá consecuencias para otras zonas asiáticas donde la producción de chips también está presente. Así lo indica que la acción de la taiwanesa TSMC registrara ayer una caída del 8% en la peor sesión de su historia. Queda así claro que el problema de la falta de semiconductores, que pasa factura a industrias clave como la automoción, seguirá vigente.
