
La competencia de la renta fija, la incertidumbre geopolítica y la cercana recesión tras las subidas de tipos del BCE pasan factura a las bolsas.
Entre ellas la española, donde el Ibex ya sufre un descenso acumulado del 14% en el año. Con todo, este mal desempeño presenta una cara positiva para los inversores representada en la rentabilidad por dividendo. No en vano, el selectivo nacional muestra un retorno del 5% de cara a los próximos 12 meses por este concepto. Además, el hecho de que esta crisis sea muy diferente a la del Covid permite que las previsiones de beneficios empresariales se mantengan sólidas, lo que convierte los pagos en fiables. Los dividendos se convierten, por tanto, en una opción a considerar para capear el temporal del mercado.