¿Por qué sube el Euríbor? ¿Por qué baja el euro? ¿Por qué gana una coalición que incluye a un partido de extrema derecha en Italia? Muchas preguntas y una sola respuesta: los errores se pagan.
El Euríbor sube porque el BCE tiene que subir los tipos de interés. Y tiene que subir los tipos de interés porque la inflación está desbocada. Y la inflación está desbocada como consecuencia del efecto rebote de las sanciones. Sí, cierto, ya había inflación antes, pero si está desbocada es por la energía y los alimentos. Y ya no hay cuellos de botella a los que echarle la culpa.
Hay otro motivo por el que el BCE tiene que subir los tipos de interés: la debilidad del euro. Un euro débil es inflacionista, porque todo lo que compramos fuera nos sale mucho más caro y, si el BCE quiere que baje la inflación, también tiene que conseguir que no siga bajando el euro.
De hecho, vamos a una situación en la que la inflación seguramente acabará bajando por si sola, ya que no hay mejor antídoto contra la inflación que una buena recesión (nada como que la gente no tenga dinero para que bajen los precios) Y en Europa los políticos están comprando todas las papeletas para la recesión que sea bien profunda. Aún así podríamos ver como baja la inflación y que el BCE tenga que seguir subiendo agresivamente los tipos de interés para que no se desplome la cotización del euro.
La debilidad del euro no se debe solo a que en EEUU estén subiendo mucho los tipos de interés, también refleja un serie de graves errores políticos que han llevado a Europa a una situación de inseguridad energética, económica y probablemente en el futuro también de inestabilidad social. Nada de todo esto es precisamente atractivo para invertir en la Eurozona, ya sea en sus bolsas de valores o en su cada vez mayor deuda pública.
¿Y que pinta la señora Meloni en todo esto? Pues pinta mucho, porque el triunfo de su coalición es consecuencia de todo lo anterior, como lo ha sido el ascenso del frente nacional en Francia. Es consecuencia de que los políticos europeos han hecho mal las cosas. Y vaya por delante que, tras leer sus entrevistas – las actuales, no las de hace 25 años - y su programa, no la calificaría de extrema derecha. Más bien de política conservadora, un punto populista, que defiende familia y religión, algo que hizo durante décadas la democracia cristiana italiana.
¿Y que se ha hecho mal? Hombre, algo se habrá hecho mal cuando Europa tiene una inflación que se acerca al 10% y la confianza de los consumidores está peor que en plena pandemia. Y si los que gobiernan son castigados, será porque algo han hecho mal. Al menos ese debería ser el análisis de quien crea en la democracia. Y no nos engañemos: el pueblo llano no tiene ni tanta ideología, ni lee tantos periódicos, ni sigue a los tertulianos. El pueblo llano está muy enfadado porque su nivel de vida ha caído de forma dramática y vota para castigar o para buscar una solución. La que sea.
La excusa de que todo es culpa de "la guerra de Putin", que sin duda en el origen – la invasión ilegal de Ucrania - es cierta, no se sostiene si analizamos la respuesta europea. El esfuerzo mayor han sido las sanciones, tanto en dinero como en forma de inflación (por el efecto rebote). Pero resulta que lo que realmente ha funcionado a la hora de detener la agresión rusa ha sido el armamento occidental de última generación y el apoyo de los servicios de inteligencia. Lanzar sanciones antes de que la economía europea estuviera preparada para amortiguar su efecto rebote está teniendo un coste altísimo, así como consecuencias sociales y políticas. Y lo peor es que no parecen haber servido para mucho.
A partir de ahí se transmite a la población un escenario oscuro y terriblemente pesimista sin lugar a una mínima esperanza. Se acabó la abundancia. Pasarán frio, tendrán que ducharse por turnos, todo costará más, van a cobrar menos o incluso ir al paro y, además, les van a subir el tipo de interés de la hipoteca. Curiosa forma de motivar a la gente. No es extraño que una parte se deprima y se abstenga de ir a votar de votar o que la otra se enfade y vote con los pies.
El euro es el termómetro de la situación económica de la eurozona, pero también de la situación anímica. No es extraño que baje, como no es extraño que suba el Euríbor, dado que el BCE va a tener que emplearse a fondo no solo para que baje la inflación sino también para "animar" al euro. Tampoco es extraño que la gente vote con los pies si se le dan buenos motivos para ello.