
Pedro Sánchez cargó ayer contra Ignacio Sánchez Galán y Ana Botín, presidentes de Iberdrola y Santander respectivamente, por atreverse a criticar los impuestos a las grandes eléctricas y a las entidades bancarias.
En concreto, el presidente del Gobierno atacó a estos empresarios con esta deplorable declaración: "Si Botín y Galán protestan ante los impuestos, vamos en la buena dirección". Con sus palabras, el presidente radicaliza su objetivo de señalar a la gran empresa como la beneficiada de la inflación récord, lo que no es cierto. Un comentario populista y lleno de ira contra unos empresarios que crean riqueza y empleo. Unas palabras que le desacreditan y crean inseguridad jurídica y alejan las inversiones que necesita la economía.