
Funcas sigue la línea de la Comisión Europea y de los servicios de estudios de BBVA Research y Mapfre, en sus previsiones para la economía española.
Así mantiene un crecimiento del 4,2% para este año con una inflación del 8,8%. Pero alerta de un escenario cercano a la recesión técnica, con un alza del PIB de solo el 2% para el próximo. La rebaja se argumenta en el notorio freno que experimenta la demanda interna ya este mismo año, con una pérdida del 45% hasta el 2,1%. Un porcentaje que supone una caída del 1,7% frente a las anteriores proyecciones de Funcas. Sin duda, el miedo a la crisis y la actual espiral inflacionista son las causas que llevarán a los españoles a gastar menos, lo que supone una muy mala noticia para la economía. No en vano, la demanda interna representa el 60% del PIB, por lo que su falta de vigor pasará factura al crecimiento. Esta pérdida es aún más relevante ya que coincide con los problemas por los que atraviesa el sector exterior. De hecho, el déficit comercial se sextuplicó hasta mayo superando los 26.500 millones por los altos precios energéticos. España, por tanto, corre el riesgo de perder dos de sus motores clave de crecimiento, lo que deja al país a merced del turismo y del impacto positivo de los fondos Next Generation EU.
La caída de la demanda interna y los problemas del sector exterior dejan a España sin armas económicas ante la crisis
Un arsenal escaso para hacer frente a los grandes riesgos que vienen del exterior, con una crisis energética a las puertas en Europa y el inminente arranque de la normalización monetaria por parte del BCE para tratar de embridar la espiral inflacionista, que también pasará factura al consumo y a la actividad empresarial. Todo ello deja en papel mojado la previsión del Gobierno que aún espera un alza del PIB del 3,5% para el próximo año.