Opinion legal

Lapsus totalitarios de Moncloa sobre la libertad de prensa

Kiosco de prensa. A Martín

En una situación extraordinaria, como es la del confinamiento de los ciudadanos en sus casas por la pandemia del Covid-19 la información se ha convertido en una herramienta fundamental para mantener la dignidad y vigilar la gestión de la crisis que ha supuesto los mayores índices de mortalidad en Europa.

Máxime con un Parlamento que ha estado latente durante semanas, con un Gobierno cuyos miembros se han contradicho por activa y por pasiva y con contradicciones tan flagrantes como que el Ejecutivo haya pasado de investigar y multar el espionaje de las plataformas sociales en línea a querer controlar la información intercambiada por los propios ciudadanos en las redes.

En definitiva, que tiempos de coronavirus es más necesario que los ciudadanos tengan derecho a estar informados al momento de los ocurre fuera de las cuatro paredes de su casa.

La tentación totalitaria que acompaña desde tiempos remotos de la humanidad se ha dejado notar en nuestro país

Y sin embargo, la tentación totalitaria que acompaña desde tiempos remotos de la humanidad se ha dejado notar en nuestro país desde el inicio de la crisis, cuando con preocupación, los periodistas recibidos las filtraciones sobre un Pablo Iglesias, vicepresidente del Gobierno proponiendo la intervención de los medios de comunicación y de la banca como primeras medidas para afrontar la crisis sanitaria.

Por eso, cuando semanas más tarde y aunque el director de información económica de Moncloa, Daniel Fuentes, ha querido quitar hierro a un tuit que publicó hace unos días, se han encendido las alarmas sobre las intenciones del Gobierno sobre un sector tan fundamental para la democracia como es el de los medios de comunicación, pero tan ahogado financieramente.

"No por muy denunciada pierde importancia la actuación del Jefe del Estado Mayor de la Guardia Civil"

Decía en su escrito que "no sería una tontería un sistema de financiación para la prensa basado en un plan de bonus-malus para incentivar buenas o penalizar malas prácticas mediante la creación de un organismo intermedio entre la prensa y los ciudadanos que podría ser, una asociación profesional independiente. Eso sonó a otros tiempos.

A otros lugares donde se empieza persiguiendo a los medios, rompiendo la libre competencia con aportaciones y subvenciones sin razones objetivas para romper el sector, y se acaba encarcelando a discrepantes de las tesis oficiales.

No por muy denunciada pierde importancia la actuación general Jefe del Estado Mayor de la Guardia Civil, el general José Manuel Santiago Marín, cuando en la famosa rueda de Prensa en Moncloa informó de que la Benemérita tenía orden de "minimizar el clima contrario a la gestión de crisis por parte del Gobierno".

La filtración de las noticias a los periodistas, denunciada por activa y por pasiva por los medios de comunicación, que incluso llevó a algunos de ellos a negar se a enviar preguntas para ver si eran seleccionadas o no, alcanzó su cénit al día siguiente de las palabras del General, cuando el secretario de Estado de Comunicación, Miguel Ángel Oliver, censuró todas las preguntas realizadas sobre esta declaración de intenciones.

Ya se habían denunciado, previamente alguna filtración excesiva de preguntas de gran interés, realizadas por periodistas, pero en esta ocasión la libertad de prensa acabó de ser pasado por el rodillo de Moncloa.

El derecho a la libertad de informar y a la información, derechos fundamentales recogidos en el llamado núcleo duro de la Constitución, son ahora más fundamentales.

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