
El feminismo "no es un tema de mentalidades políticas, es un derecho humano que extrapola el género y es de todas". Con esta sensatez moderada en la forma pero concluyente y contundente en el fondo, respondía Patricia Ortega, la primera mujer general del Ejército español, al soflama sectario y fraudulento de la vicepresidenta Carmen Calvo, cuando en un alarde de fanatismo verbal decía aquello de que el feminismo "se lo han currado los socialistas", precedido de un "¡no, bonita!", que a quien primero deberían aplicarse es a ella misma y a algunas de sus compañeras de Gobierno.
¡No, bonita!, no. Por mucho que seas vicepresidenta a dedo, ignoras u omites amañando la verdad que el origen del feminismo moderno se remonta a los años 30 y 40 del siglo XIX, antes incluso del nacimiento del socialismo y del marxismo como doctrinas políticas y partidarias. Y desconoces también u ocultas, que dentro de las muchas diferentes ramas del feminismo existe el llamado feminismo liberal, que se caracteriza por la defensa de la igualdad de oportunidades a través de la justicia y los derechos políticos. Un movimiento y unas mujeres a los que tu fanatismo intolerante margina y parece despreciar.
Apropiarse de los méritos ajenos se ha convertido en el santo y seña del "sanchismo"
Claro que esta práctica de apropiarse de los méritos ajenos y ponerse las medallas que a otros corresponden se ha convertido en santo y seña del sanchismo y sus apóstoles y en todos los órdenes de la sociedad y la política. Así vemos cómo la señora Magdalena Valerio, a la sazón ministra de Trabajo, se apunta y presume de la importante reducción del desempleo, que está en su nivel más bajo de los últimos diez años. Pero, ¡no, bonita!, estos resultados son la consecuencia de la reforma laboral de otra mujer, Fátima Báñez. La misma que el PSOE defendía derogar y que ha posibilitado la creación de medio millón de puestos de trabajo cada año.
Y lo mismo ocurre con los datos de la economía, que en España crece por encima de las previsiones y supera a todos los grandes de la UE, y de los que se ufana y vanagloria la ministra de Hacienda, María Jesús Montero. Y, ¡no, bonita! este crecimiento económico es obra y gracia de los Presupuestos de Mariano Rajoy, que el PSOE descalificó y votó en contra, y con los que ahora gobierna prorrogados.
Los resultados hoy de la economía y empleo son consecuencia de los Presupuestos y la reforma laboral de Rajoy
Otro tanto ocurre con los datos de la internacionalización y del turismo, las políticas de igualdad o la progresiva equiparación y dignificación de los autónomos. Mejoras todas ellas aprobadas o diseñadas por el Ejecutivo popular.
Eso sí, a lo que han contribuido necesariamente Sánchez y su gobierno es a igualar por abajo –salvo contadas excepciones- el nivel político, parlamentario, de gestión y transparencia de sus ministros y ministras, incluida la vicepresidenta, cuya comparación con sus predecesoras en el cargo, María Teresa Fernández de la Vega y Soraya Sáenz de Santamaría, es tan inconsistente como utópica.