Opinión

Organismos que el 'procés' politiza

La toma de control de la Cámara de Comercio de Barcelona por parte de la ANC no implica que el independentismo vaya a detenerse en su afán de monopolizar el poder en los organismos económicos catalanes.

Su propósito de dominar también instituciones como los sindicatos del sector público o el Círculo de Economía continúa en primer plano. Los objetivos de esta estrategia están claros. El secesionismo quiere compensar así su fracaso a la hora de controlar Fomento del Trabajo y acabar con su escasa influencia en estas áreas, tradicionalmente limitada a la pequeña patronal Cecot. Pero, sobre todo, el objetivo radica en eliminar el principal talón de Aquiles que mostró el apoyo al procés en los últimos años. Se trata del distanciamiento, cuando no la abierta crítica que estos organismos mostraron, con especial intensidad cuando el anterior Govern, ayudado por las altas autoridades del Parlament, optaron por las acciones unilaterales. Con líderes afines en las instituciones económicas, la Generalitat lograría escenificar un apoyo a la causa independentista que contrarrestara las reacciones hasta ahora habituales en miles de em-presas, como es el cambio de domicilios fiscales y sociales.

Sin embargo, esta estrategia se cobrará un alto coste en términos de privar de toda credibilidad a unos organismos en los que la pluralidad es vital. Pero el daño infligido al conjunto de Cataluña puede ser incluso mayor. El Gobierno de Quim Torra está acomodado en una parálisis que lastra todo desarrollo, como denunció la semana pasada el propio Círculo de Economía. La entrada en escena de la Cámara de Barcelona alimentará la obsesión de supeditarlo todo (políticas, recursos, instituciones...) al procés. lo que provoca un daño de gran alcance.

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