Opinión

La inquietud de Sánchez por la crisis de Dia

El visto bueno de la banca acreedora fue la clave que permitió a Dia salvarse de la quiebra. Las negociaciones no fueron fáciles y durante varias semanas el primer accionista de la firma, el magnate ruso Mijail Fridman, tuvo problemas para convencer a las entidades.

Se comenta que en esos momentos el Ejecutivo socialista siguió de cerca el debate sobre el plan de Fridman, llamado a evitar el fin de Dia. En concreto, cuentan que fue el Ministerio de Economía el que consultaba a los acreedores transmitiéndoles la máxima preocupación que sentían por la situación. Se comenta también que el presidente Pedro Sánchez estaba al corriente de todo y que su inquietud con Dia era máxima. "Es obvio que la falta de un acuerdo podría llevar a más de 20.000 empleados a la calle a pocos días de las municipales y europeas", dicen desde una entidad financiera. Sea por el motivo que fuera, el caso es que, según se rumorea, el Ejecutivo estuvo siempre puntualmente informado de todos los tiras y aflojas entre Fridman y los bancos.

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