Después de toda la incertidumbre que generó entre los empresarios españoles el anuncio del Real Decreto Ley 8/2019 que obliga a las empresas a garantizar el registro diario de jornada de sus empleados, este mes ha entrado en vigor la nueva ley. La misma no solo llega cargada de una buena dosis de debate sino que también se ha puesto en marcha dentro de un contexto que parece ignorar la competitividad del tejido empresarial español.
De hecho, más allá del debate que ha generado la nueva ley, esta ha dejado en evidencia un problema de fondo mucho más estructural. Tal y como anota Elena Benito, CMO de BeeBole, un sistema de control horario con más de 10 años de presencia en el mercado y que permite fichar desde la web o móvil, la implementación del nuevo decreto "de momento ha obviado los diferentes beneficios del control horario más allá de la supervisión de horas ordinarias y extraordinarias".
Si bien la ley fue concebida como una solución para afrontar los millones de euros que las empresas no pagan por concepto de horas extras, la puesta en marcha del nuevo decreto no ha contado con el marco necesario para hacerle entender a las empresas españolas que la adopción de un sistema de registro de jornada representa una gran oportunidad en términos de inteligencia de negocio.
Debido a la carencia de dicho marco, muchas empresas se han preparado para cumplir con la ley exclusivamente en términos de estar listos para afrontar posibles inspecciones por parte de las autoridades. Dicho enfoque posiblemente podría ser más que suficiente para un bar o un restaurante. Pero ¿es también válido para empresas más complejas? ¿Tiene sentido, por ejemplo, que una gran firma de arquitectura con proyectos y clientes de toda índole utilice el registro de jornada única y exclusivamente como una excusa para responder a los controles del gobierno?
Es precisamente en este aspecto en donde la implementación de la nueva ley se queda corta. La forma en que se ha comunicado y se sigue comunicando el nuevo decreto elimina la posibilidad de ver los beneficios que se pueden obtener del registro de jornada obligatorio. ¿Acaso a un propietario o a un gerente no le gustaría saber exactamente en qué estado de costes, de inversión y desarrollo está cada proyecto de su empresa? ¿No le gustaría gestionar mejor sus recursos para saber cuánta carga tienen sus empleados? ¿No le interesaría gestionar mejor las ausencias de sus empleados?
El registro de jornada obligatorio como proceso de recolección de datos es una gran oportunidad para poder responder a las preguntas antes citadas, sobre todo cuando se cuenta con una herramienta capaz de interpretar dichos datos de forma adecuada. No obstante, esto es algo que para muchas empresas es prácticamente inexistente y en el peor de los casos inútil.
La pregunta del millón es la siguiente: Si el registro de jornada no es obligatorio en muchos otros países del mundo, entonces ¿por qué cada vez son más las empresas a nivel global que optan por soluciones inteligentes de control de horario? Más aún, ¿por qué antes de que se impusiera en España el registro de jornada obligatorio ya algunas empresas en el país contaban con sistemas de control de horario encaminados a optimizar su propia inteligencia de negocio? A este respecto, Elena Benito señala algunas de las razones por las cuales los clientes de BeeBole deciden optar por un sistema de control de horario de sus características. "Las preguntas que nos hacen los clientes que llevan con nosotros más tiempo tienen muy poco o nada que ver con los precios de nuestra herramienta o con supervisión o vigilancia de horas extraordinarias (algo que por supuesto obtienen). Lo que a ellos les interesa es optimizar sus procesos de gestión e inteligencia de negocio. Nos eligen por la facilidad y flexibilidad de nuestro sistema así como por la capacidad de generar informes configurables y mejorar la planificación de ausencias, recursos y presupuestos. Queremos aunar control horario e inteligencia de negocio y que luego cada cliente vea si necesita sólo cumplir con la ley o bien avanzar en su análisis de negocio, según prefiera, y adapte la herramienta gracias a su extrema modularidad", afirma Elena.
No hay duda de que el registro de jornada obligatorio ha llegado rodeado de una fuerte dosis de debate que ha puesto en evidencia una mentalidad poco enfocada en la competitividad. Pero puede ser también que la entrada en vigor de este nuevo decreto sea como aquel viejo cuento del vaso medio lleno o medio vacío. Si está medio vacío, habremos perdido una buena oportunidad para impulsar la inteligencia de negocio dentro del sector empresarial, especialmente en el sector pyme. Pero, ¿ y si estuviera medio lleno?