
EEUU anuncia aranceles por valor de 11.000 millones a productos europeos. Washington presenta su ofensiva como una respuesta a los subsidios que recibe Airbus, pero todo apunta a una táctica para ayudar a Boeing ante la crisis que atraviesa. Además la penalización rebasa con creces la industria y llega al sector agroalimentario.
Gravará productos como el queso, el aceite de oliva y el vino, cuyas exportaciones suman 860 millones solo en España. Es ya bien conocida la estrategia del presidente Donald Trump de tensar la cuerda y luego forzar una negociación. Ese proceder le ha llevado, en varias ocasiones, a no materializar sus amenazas.
Sin embargo, el desarrollo de los acontecimientos puede resultar más difícil en las importaciones de alimentos. EEUU está embarcado en una ofensiva contra la Política Agraria Común (PAC). Poco parece importar que el ataque a la PAC sea injusto, en la medida en que el mencionado protocolo de ayudas comunitarias no viola ninguno de los preceptos de la Organización Mundial del Comercio.
El rechazo unilateral de Washington a esta política le llevó a castigar las compras de aceituna negra española. Por ello, es posible que también el aceite, el vino y el queso se vean penalizados. La UE no se queda paralizada y ya busca un acercamiento comercial a China.
Sin embargo, los nuevos pactos con el gigante asiático, de momento, están muy centrados en el sector industrial, especialmente aeronáutico y aún es difícil predecir cómo compensarán el posible cierre de EEUU a los alimentos europeos. Dada la importancia de esta actividad en la economía española, es una amenaza seria para el sector exterior, cuya balanza vuelve a a incurrir en déficit y para el PIB, ya en plena desaceleración.