
Mikhail Fridman ha ganado la batalla frente al consejo por el control de Dia. Así lo han decidido los accionistas cuya baja asistencia (solo el 54%) dejaba el camino libre a LetterOne, el brazo inversor del magnate ruso, para imponer su plan de salvamento para la cadena de supermercados.
Fridman gana por tanto una importante batalla pero a costa de dejar a la empresa en una situación de completa incertidumbre, ya que su plan de reflote, que incluye una ampliación de capital de 500 millones, presenta dos condiciones previas que aún no se han cumplido. El primero es el éxito de su opa a 0,67 euros la acción condicionada a ser aceptada por la mitad del 71% de la empresa que aún no controla. Algo que no ocurrirá hasta que la CNMV no apruebe la oferta. Hasta entonces LetterOne no meterá dinero para salvar la empresa.
Sin acuerdo con la banca Dia está condenada al concurso de acreedores
La segunda condición es la batalla más complicada que Fridman aún debe disputar y ganar. Se trata de llegar a un acuerdo con los bancos, que sí tenía el consejo de administración, a los que la cadena adeuda más de 900 millones. Si Fridman no es capaz de lograr tal acuerdo, Dia sigue estando condenada al concurso de acreedores.