El presidente de la patronal, Antonio Garamendi, atacó en la junta directiva de la CEOE a este medio por las críticas hacia su persona y lo atribuyó a cuestiones económicas. Garamendi tergiversa los hechos en su interés.
Al verse descubierto por elEconomista, en su afán de ocultar su remuneración a la Junta Directiva, arremetió contra este diario con presiones de todo tipo y nos excluyó de su primera ronda de entrevistas, pese a ser el primer medio económico nacional.
En la junta de ayer aseveró que las informaciones eran falsas. elEconomista se ratifica en todas y cada una de las informaciones publicadas sobre él, a las que pronto se sumarán otras sobre su inexitosa vida empresarial. Varios asistentes a la Junta sintieron este miércoles bochorno al comprobar que Garamendi no dio ni un sólo dato sobre la remuneración de su equipo directivo, unos días después de solicitar públicamente transparencia para todas las empresas.
El nuevo patrono se escuda en "que no hay obligación legal y jamás se ha hecho". ¿Dónde está el ejemplo que la organización que preside debe dar? Sobre todo, ante los insistentes rumores de que aplicó una subida de sueldos generosa. Si elEconomista se equivoca, ¿por qué Garamendi jamás envió un desmentido ni un requerimiento judicial y se escuda en su Junta para lanzar los ataques a escondidas?
Garamendi debería cambiar la soberbia por la tolerancia para defender a los empresarios, para lo que le pagan.
