
El mercado español del alquiler continúa siendo, como lo fue a lo largo de todo el año pasado, una fuente recurrente de actualidad. En las últimas semanas hemos asistido a un recrudecimiento del debate del mercado del alquiler en nuestro país y a la aparición de uno nuevo sobre dónde deben actuar las políticas de vivienda para reformar el fuerte desajuste entre oferta y demanda, y sus efectos sobre el precio de los alquileres.
Antes que nada hay que decir que, con estas y otras dificultades, la tendencia en el sector inmobiliario español es positiva y se basa en fundamentos sólidos, con unas expectativas buenas en general para los próximos años. El sector inmobiliario español está transformándose a buena velocidad de crucero hacia un tipo de sector, muy diferente al de los años que precedieron a las crisis.
Hoy las tensiones en el mercado del alquiler vienen al debate público, como un déjà vu, porque los factores que las producían hace ya tiempo que no han remitido, el desequilibrio entre oferta y demanda cuando menos se ha mantenido y el crecimiento de los precios ha proseguido su escalada en algunos lugares, especialmente en Madrid y Barcelona, ya ligeramente por encima de los niveles pre-crisis. En absoluto estoy de acuerdo en que las tensiones están causadas por el negocio del alquiler turístico, que sólo supone un 2% del mercado.
Del mismo modo, hay que decir que en algunos casos como el de Madrid, existen ya indicadores de un crecimiento más moderado de precios para este año y buenas expectativas. Madrid y Barcelona, según el Informe de Tendencias del Mercado Inmobiliario en Europa 2019 de la consultora PwC difundido hace unos días, siguen manteniendo su buena valoración entre las capitales europeas para la inversión.
Una de las conclusiones destacadas del informe a nivel europeo, en mi opinión, es que el modelo de negocio de las empresas inmobiliarias está cambiando "donde la creación de valor transciende del activo para centrarse en la gestión del espacio como un servicio".
Nada menos que el 85% de los inversores está convencido de que en los próximos años el análisis de datos tendrá un gran impacto en la toma de decisiones de la inversión. Los principales factores del cambio son "el desarrollo tecnológico, la digitalización, las formas de trabajo más flexibles, las nuevas tendencias en movilidad y la urbanización ", entre otras, y están transformando el sector y lo hará aún más.
Quizás, uno de los cambios más radicales se están produciendo en la relación entre los principales actores del sector (promotores, agencias, etc) y el cliente. Éste demanda más información de calidad, de forma más rápida, exige mayor transparencia y quiere ver la oferta de inmuebles desde muchas perspectivas. Ahí están las nuevas webs, los nuevos CRM´s de gestión, las nuevas plataformas tecnológicas, las redes sociales y un creciente uso de toda la información en soportes móviles, por citar sólo algunos. El cliente también exige estar en el centro de todas las decisiones y desea recibir información por una amplia gama de canales de comunicación. Las empresas del sector estamos implementando Big Data y haciendo fuertes inversiones en tecnología para estar mucho más cerca de los clientes, conocerles mejor y, por tanto, desarrollar capacidades para poder hacerles propuestas más personalizadas y adecuadas a sus necesidades reales, tanto si se trata de propietarios como de inquilinos.
En este contexto, nuevo y rápido, la ausencia de políticas eficaces de vivienda y la lentitud de las administraciones siguen teniendo gran parte de la culpa de las tensiones existentes en el sector inmobiliario, y por tanto, en el sector del alquiler.
Y creo, como muchos profesionales del sector, que las soluciones han de buscarse en medidas menos restrictivas, entre otras, a la hora de liberar suelo, que son uno de los principales motores de las tensiones de precios o en la agilización de los trámites de las administraciones públicas en la concesión de licencias.
Todo ello dando por hecho que las tendencias sobre la economía española se mantengan crecientes y sin desequilibrios presupuestarios en los próximos meses y años -pese a que ya se han revisado por diversos organismos ligeramente a la baja-, los jóvenes encuentren más empleos y de mayor calidad y la demanda interna de nuestra economía pueda crecer sana y de forma sostenida en el tiempo.
En definitiva, creo que nuestros políticos deben de analizar el mercado del alquiler y las verdaderas causas de sus desequilibrios para buscar soluciones eficaces e imaginativas, y crear un mercado sano y equilibrado, que permita tanto a promotores, como a arrendatarios e inquilinos, un crecimiento estable a medio y largo plazo.