
El Gobierno anunció, en la jornada de elEconomista sobre Nuevos modelos de inversión para las infraestructuras, un alza de 1.000 millones en la dotación del nuevo plan de carreteras. Medidas así elevan el atractivo para empresas y fondos. Sin duda, persisten lastres como los límites a la rentabilidad de la Ley de Desindexación, pero el Gobierno acierta al buscar estímulos para que la colaboración público-privada sea aún la base del plan.
Ése es el modo más eficiente de acabar con la parálisis que esta inversión sufrió en 2018 y construir un modelo de infraestructuras más sostenible. En ese sentido, es también positiva la intención del Ejecutivo de escuchar al sector privado y estudiar la extensión del modelo de peajes, para garantizar el correcto mantenimiento de las vías.