
El BBVA responde con firmeza a las revelaciones de este diario sobre las órdenes que su ahora presidente honorífico, Francisco González, dio al excomisario Villarejo para que espiara a políticos y empresarios. El banco baraja actuar judicialmente contra los responsables de esta acción, lo que incluye a González.
La posibilidad de que la actual cúpula se querelle contra sus antecesores no constituye ninguna anomalía. El propio González actuó así en el caso BBV Privanza. Pero, además, la exigencia de responsabilidades se muestra ahora ineludible.
Todo apunta a que González alentó estas prácticas, y destinó cuantiosos recursos del banco a ellas, guiado por el interés puramente personal de proteger su puesto ante el asalto de Sacyr al BBVA en 2004.