
La marcha de Fridman del consejo para preparar desde fuera la toma de control de Dia, complica el futuro de la compañía. Primero, por la amenaza de OPA del inversor ruso. Segundo, porque la decisión de Fridman de no acudir a la ampliación de capital dificulta la refinanciación de Dia.
Ante ello, Dia maniobra para encontrar un caballero blanco que sustituya a Fridman como accionista de referencia. El paso que la empresa afronta es comprensible. Máxime ante su falta de liquidez que, según S&P, podría llevar a la quiebra de Dia en siete meses.
En este contexto, la cadena está abocada a encontrar un protector entre los fondos de inversión, que ya han mostrado interés. Solo así se podrá frenar a Fridman y se logrará la ampliación de capital que Dia requiere.