
Unicaja y Liberbank han reconocido esta mañana contactos de cara a una posible fusión. Es cierto que las conversaciones aún están en fase preliminar y que podrían llegar a no concretarse. No obstante, el mero hecho de que ambas entidades ya hayan contactado con firmas auditoras para que realicen los números de la operación refleja el gran interés de ambos equipos directivos en entenderse. Por ello, la posibilidad de integración es real, lo que sin duda sería positivo para sus protagonistas.
Así lo reconoce también el mercado que premia a los títulos de Unicaja y Liberbank con avances cercanos al 10%. La reacción de los inversores es a todas luces lógica debido a los innegables beneficios que para ambas firmas tendría la fusión.
Para empezar, la integración daría lugar a la sexta entidad por activos en España, con casi 96.000 millones y una cuota de mercado del 4%. Igual de importante es el hecho de que la red de oficinas de ambos bancos es complementaria. Así, Unicaja centra su fuerza comercial en Andalucía y Castilla y León. Mientras que Liberbank cuenta con mayor presencia en la Cornisa Cantábrica, Castilla-La Mancha y Extremadura.
Esta disparidad reduciría el número de oficinas de las que sería necesario prescindir. Con todo, las sinergias previstas ya se estiman en más de 200 millones sobre todo en servicios centrales.
El ahorro de costes es sin duda una excelente noticia para ambas firmas. Máxime en un momento en el que una regulación más exigente obliga a hacer un esfuerzo extra al sector, lo que afecta especialmente a los bancos medianos, grupo al que pertenecen tanto Unicaja como Liberbank. El posible acuerdo, por tanto, presenta claros beneficios ya que fortalece a ambas entidades en un contexto de tipos en negativo, lo que afecta a la rentabilidad.