
La solución de emergencia para evitar la reaparición de una frontera en Irlanda del Norte fue el principal escollo durante las negociaciones del Brexit. Ahora va camino de hundir el acuerdo final que se logró cerrar el pasado mes. El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, lo definió recientemente como el nudo gordiano del Brexit.
¿Cuál es el problema?
Tanto el Reino Unido como la UE quieren evitar la reaparición de una frontera "dura" (con controles) en Irlanda del Norte, que pueda alterar la paz entre los católicos y los unionistas. Sin embargo, la ruptura total con la Unión planteada por Theresa May, con una salida del mercado interior y la unión aduanera, obligaría a reintroducir una frontera entre Irlanda del Norte y el resto de la isla.
¿Cuál es la solución?
Londres y Bruselas confían en que el futuro acuerdo de asociación que deberían empezar a negociar en las próximas semanas incluirá una frontera sin controles ni barreras. Sin embargo, todavía es un interrogante qué soluciones técnicas se adoptarán para controlar las mercancías. Como precaución, ambas partes acordaron la inclusión de un cortafuegos (backstop): el Reino Unido se mantendría en la unión aduanera hasta que se encontrara la solución para evitar la frontera dura.
¿Por qué ha reaparecido si se logró un acuerdo?
El backstop fue incluido en el acuerdo de salida cerrado el pasado mes entre May y el resto de líderes. Para el ala euroescéptica de su partido representa una "trampa" que dejará indefinidamente al país en un limbo, dado que no podrían abandonar la unión aduanera sin el permiso de la UE. Sin estos votos, May no tiene los apoyos suficientes para aprobar en el Parlamento el divorcio ordenado. Para analistas en Londres y en Bruselas, el backstop se ha convertido más bien en una excusa de los duros entre los Conservadores para destronar a May, dado que la UE no tiene ni nunca ha tenido la intención de alargarlo en el tiempo.