
Las caídas se impusieron en los mercados europeos ayer. Sin duda, influyeron las nuevas incertidumbres sobre el Brexit pero también los descensos en Wall Street, el mercado director, por sus propios motivos. Allí sigue pesando el miedo a que la tregua que EEUU y China acordaron en su guerra comercial se rompa.
Pese a que es imposible prever qué ocurrirá entre los dos gigantes, no hay base para hablar de debacle del mercado americano. De hecho, llegó a estar a un 2% de su soporte crítico y, si lo alcanza, es razonable que se abra una oportunidad de compra. Sin embargo, el inversor debe valorar que, con la volatilidad dominante, existe riesgo de una ruptura de esos niveles, lo que impondría una tendencia bajista en el mercado cuyo suelo es muy complicado situar.