
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, sabe que tendrá que asumir el objetivo de déficit del 1,3% para el año que viene, ante el veto seguro del Senado a una revisión hasta el 1,8% tal y como pretendía. Y aún así sigue fiel a su promesa de presentar unos Presupuestos Generales del Estado (PGE) expansivos, anunciando casi a diario un nuevo incremento del gasto.
Ayer mismo, aseguró que los PGE recogerán la igualdad de los permisos de paternidad y maternidad y la universalización del primer ciclo de educación, de 0 a 3 años. Es un populismo a golpe de impuestos, que parece no tener límite. Sánchez ha puesto en marcha ya una estrategia fiscal para ingresar 10.287 millones más el próximo año. Veremos si basta.