La pasada semana la ministra de Transición Energética, Teresa Ribera, anunció que el Gobierno suprimirá el impuesto del 7% a la generación eléctrica que fue implantado por el PP en 2012 para reducir el déficit de tarifa.
El motivo es luchar contra el elevado precio de la luz. De ahí que la ministra destacara que la supresión del tributo originará una rebaja de entre el 2,5% y el 4% en el recibo de los hogares y de más del 5% en las empresas.
Pues bien, a pesar de que el Gobierno vendió unidad en torno a esta decisión, se comenta que la realidad fue distinta. De hecho, circulan rumores que indican que Hacienda se negaba en redondo a quitar el impuesto.
Por lo visto, la razón que la ministra María Jesús Montero daba era la de evitar una "caída brutal de la recaudación a largo plazo" en este sector.
"La lucha entre ambas ministras fue intensa. Finalmente, Montero se convenció de que la subida actual de los precios de la electricidad compensaría la eliminación del tributo", dicen desde el Ministerio de Transición Energética.
Con todo, se comenta que en Hacienda vigilarán la evolución de la recaudación "ante el riesgo de un nuevo déficit de tarifa", indican.
