
Uber declara en Holanda 3.420 millones, mientras que en España la cifra se queda en solo 2,88 millones. Todo apunta, por tanto, a que la firma desvía hacia Holanda los ingresos de su actividad en Europa.
Resultaría falso afirmar que no paga ningún impuesto en nuestro país, ya que tributa por todo lo que factura bajo conceptos como el IVA.
Ahora bien, en lo que concierne a los ingresos relacionados con su actividad, Uber recurre a la ingeniería fiscal, frecuente en las tecnológicas. No es una acción ilegal en sí misma, pero el vaciamiento de las filiales para eludir al fisco supone un abuso que la UE persigue.
Existen, pues, razones de peso para que Uber abandone estas prácticas y tribute en los territorios donde realmente obtiene beneficios por la actividad que realiza.