
La CNMV es ambiciosa en la trasposición de la directiva sobre derechos del accionista, en especial respecto a sus exigencias de identificación.
La norma permite que partícipes con presencia inferior al 0,5% sean anónimos, pero el presidente del regulador, Sebastián Albella, aboga por no aplicar ese límite, como dejó claro en la entrega de los premios Inversión a Fondo de elEconomista.
En un mercado en el que la presencia de intermediarios y de inversores institucionales tiene cada vez más peso resulta un avance que pueda saberse a quiénes representan.
Pero la transparencia aún será mayor gracias a que estos agentes tendrán que revelar sus políticas de implicación en las sociedades en las que participan e incluso cuáles son sus intereses de voto en las juntas.